lunes, 21 de febrero de 2011

El amor...

Alex y yo pasamos el Dia de San Valentin tocando un concierto especial para un restaurante exquisito en Placencia, Belice. Celebraron con nosotros nuestros queridos amigos Judith, Dobs y Chris. Este es un mensaje sobre el amor, pertinente en toda ocasion, por el poeta David Whyte: Tenemos una idea extraña, la cual no está respaldada por ninguna evidencia, de que somos amados y admirados únicamente por nuestra magnifica fortaleza, nuestros poderes de gran alcance y nuestro conocimiento todo omnipotente. Sin embargo en la vida real, no importa cuántas relaciones hayan comenzado por fuerza y poder, ningún matrimonio o amistad ha sido profundizada por estas cualidades. Después de una corta y erótica luna de miel, el poder y la omnipotencia muestran su debilidad y amenazan la intimidad real, aquella que está basada en la vulnerabilidad mutua. Siendo nosotros como dioses de bronce, nos preguntamos porque ya no somos amados como en el primer encuentro? A nuestras parejas les empiezan a parecer nuestra infalibilidad aburrida y después de largos meses o años, nos ven como falsos y aterradores y se sienten atrapados en la relacion. También tenemos la misma extraña idea en el trabajo como en el amor: que podemos engendrar el amor, la lealtad y la admiración de los demás al exhibir nuestro gran poder y competencia. Nos sorprende descubrir que lo que cosechamos es miedo y respeto pero nos privamos de lo otro, una magia mas intima. La lealtad real y sin fin en el trabajo nunca podrá ser legislada o forzada; está basada en una vulnerabilidad que es valiente y que invita a otros, a través de su ejemplo, a una conversación, cuya conclusión, aun no conocemos. Y tenemos una idea, aun más extraña: creemos que por fin vamos a enamorarnos de nosotros mismo solo cuando seamos esas maquinas totalmente eficientes y organizadas que siempre hemos querido ser y dejemos atrás nuestra torpe incompetencia. Sin embrago, de la misma manera que encontramos amor e intimidad con otros a través de la vulnerabilidad, también llegamos a encontrar estas mismas características en nosotros al enfrentar la torpeza de no saber, de no estar en control. Tratamos de construir una vida en la cual seremos perfectos, en la cual podemos eliminar la torpeza, dejar atrás la vulnerabilidad, ignorar la ineptitud, solo para cruzar el portón de nuestras vidas y darnos cuenta, por más extraño que nos parezca, que la puerta era esa misma vulnerabilidad. El lugar preciso en el cual nos encontramos abiertos al mundo, nos guste o no.

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